Cuánto pesa el dolor ajeno?
- Julieta Lomeli
- 3 dic 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 sept 2024
"Si tienes manos, que sean / de un tacto sutil y blando, / apenas sensible cuando anestesiado me crean; / y que tus ojos me vean sin mirarme, / de tal suerte que nada me desconcierte / ni tu vista ni tu roce / para no sentir un goce / ni un dolor contigo, Muerte" -Xavier Villarrutia-
"Chronic: El último paciente" (2016), es la tercera película del cineasta Michel Franco y su primer largometraje de producción estadounidense. El film es un trago amargo pero sublime. Su narrativa está construida por imagenes dolorosas, por personajes martirizados a causa del sufrimiento propio y ajeno, sufrimiento que abre una abismal reflexión sobre la empatía y el profundo amor que transmite todo obrar compasivo. Protagonizada por la impecable actuación de Tim Roth, Chronic, es la historia de David, un enfermero dedicado a los cuidados paliativos, consagrando su vida a sus pacientes, con quienes teje relaciones que van más allá del ámbito laboral, rompiendo así la distancia emocional que la corrección política de la práctica sanitaria actual sugiere. Borrando el dualismo entre "usuarios y prestadores de servicios sanitarios", frialdad burocrática, mecanicista e impersonal con la que la práctica médica actual gusta definirse.
David se convierte en el compañero paternal, que no sólo se preocupa por el estado físico de sus enfermos sino también por su salud emocional, por sus afectos, volviéndose el amigo y confesor que trata de comprender el pasado y los sentimientos adversos ante la enfermedad crónica de cada hombre y mujer que atraviesa por sus cuidados.

Chronic inicia con un golpe desmoralizador, en primer plano vemos a una mujer famélica sin fuerzas para tomar entre sus manos una servilleta, la primera "moribunda" del film que lucha por sostener su cuerpo en la (no-)sobrevivencia, porque la caducidad de su vida se anuncia cercana pero se siente muy lejana ante el insoportable sufrimiento provocado por el malestar fisico. Sin embargo, ¿cómo se debe actuar cuando la dignidad humana parece entrar en guerra con la legalidad? Chronic exhibe desde el inicio esta contradicción, en la cual la única forma de custodiar el humanismo es transgrediendo la ley, porque sólo así se puede paliar un monstruoso dolor, sólo así se puede acabar con la tortura de una vez por todas que revienta los cuerpos y eterniza el sufrimiento en quienes padecen una enfermedad terminal.
A veces la única esperanza para curar la ruina corporal es la muerte, una que es inmimente y que por ello no tiene ningún sentido seguir aplazando. En esta baraja de imagenes con hedor a muerte aplazada, vemos a David, el enfermero de Chronic, custodiar y finalizar amorosamente el agudo dolor de algunos de sus pacientes.
Pero el amor con el que David trata a sus enfermos no tiene en absoluto que ver con alguna conducta sexual, ni procura ser el pretexto para construir una relación de pareja. El amor de David es quizá más sólido que cualquier erotismo, porque está fundado en la compasión en su sentido originalio. La naturaleza de la compasión es el amor compasivo (agapë,caritas), el amor que desplaza la preocupación egoísta por la atención al prójimo, un amor incondicional hacia los demás que en cierta medida termina siendo un auto-olvido.

El amor compasivo no deja de ser un tanto paradójico, porque si bien asegura un grado de serenidad propia a partir de la evasión de cualquier conflicto egoísta en aras de la resolución de los problemas ajenos; a pesar de ello, la compasión es un amor profundo que se da al prójimo con la intención de aligerar el sufrimiento del otro en un "pathos compartido". Cargando con parte de la tristeza o el dolor del prójimo, tomando entre sus afectos la misión de amar, y ocuparse en un sentido de cuidado, de las personas que se encuentran en momentos difíciles. No por otra cosa el amor compasivo es, en sentido literal, "la identificación propia con los males de alguien más", lo cual implica sentir, en propia carne, el sufrimiento de quien sufre, convirtiéndose también en un ser que asume una responsabilidad física y emocional por recuperar el bienestar del prójimo.
El amor que David siente hacia sus pacientes en Chronic lo consume, reemplazando cualquier interés que no sea el de ayudarlos a conseguir una muerte acompañada y menos tormentosa. Pero como todo amor compasivo, también el suyo, lo orilla a la autoaniquilación. Disolviéndose en el sufrimiento ajeno David se vuelve el enfermero que fracasa al cuidar de sus propios males, pero que encuentra un paliativo temporal al atender dolores ajenos.
Chronic:
Sobre ese egoísmo latente en la juventud es que reflexionaba hace rato al escribir. La generación de mediana edad de esta época no sabe qué esperar de los más jóvenes que pregonan el autocuidado como 'number one' reconcentrados en sí mismos. Pareciera que se raya en el egoísmo frío y que aman la soledad, pero el tiempo nos va enseñando también que nos necesitamos unos a otros, creo que es cosa de tiempo. Cuidar por ejemplo a nuestros padres, muchos de mi generación lo consideramos sagrado aunque nos cueste o haya costado auto postergarnos en algún sentido o por algún tiempo. No se ve que esto pudiera ocurrir con los veinte o treinta añeros actuales. Por eso ahora es…